Tessari

Cuando nos golpeamos, nuestro organismo reacciona con una inflamación. Lo que se convierte en un método de defensa que utiliza el cuerpo. De esta forma se intenta reparar el tejido afectado enviando una mayor cantidad de sangre a la zona afectada y además se busca aislar el agente que provoca el daño.  Para que la molestia intentamos aplicar algo frío. En este artículo te mostramos cómo usar el frío para bajar las inflamaciones.

El hielo suele ser lo más recurrente cada vez que recibimos un golpe, sufrimos una torcedura o un esguince. De esta manera se consigue que la inflamación se detenga; esto es debido a que al enfriar la zona, las células cercanas a la molestia necesiten de menos oxígeno, lo que provocará que la inflamación se reduzca.

Pero no basta con aplicar el frío de cualquier manera. Para obtener unos mejores resultados y no quemar la piel, deberías estar atento a estas recomendaciones:

-En la medida de lo posible habría que utilizar compresas térmicas. Cualquiera de estas dos posibilidades te permitirán aportarle a la zona afectada el suficiente frío sin provocar daños en la piel.

-Cuando se produce una lesión o una molestia es importante que siempre se actúe con rapidez. Poner frío es la primera recomendación nada más sufrir una contusión o torcedura. En el caso de que se trata de una fascitis plantar, que se trata de una lesión crónica, habría que poner el hielo varias veces al día, sobre todo después del ejercicio.

-Es aconsejable levantar la zona lesionada por encima del corazón para conseguir rebajar la acumulación de sangre en la parte dañada, que es el responsable del aumento de la inflamación.

-No es bueno estar horas y horas con la compresa. Lo normal es que lo apliques durante veinte minutos y lo repitas tres o cuatro veces a lo largo de la jornada para disminuir las molestias.

Pero además de las torceduras, golpes y esguinces, el frío también resulta un buen tratamiento para las ojeras, orzuelos, conjuntivitis o picaduras. El procedimiento a seguir es el mismo que te acabamos de explicar. Es importante que no lo apliques directamente sobre la piel para no producirte una quemadura. En ciertas partes de la cara, como pueden ser los ojos, la aplicación del hielo no debe prolongarse más de los 10 minutos, durante tres veces al día. Una buena opción para atajar los problemas oculares es sumergir en agua helada discos de algodón.